VAYA BRONCA

La Reina habló y se armó la de San Quintín. Pero, ¿cuál es el problema?, la opinión de la Reina o que la expresara públicamente.

Las opiniones que la Reina ha emitido no deben sorprender a nadie; una mujer de su edad y su extracción social suele pensar así en España. No creo que se le deba dar más importancia. Opinar lo contrario de lo que dijo hubiera sido sorprendente.

Pero lo importante, lo trascendente, es que de una vez por todas a los miembros de esa familia de mantenidos se les debe decir que no tienen opinión, que por eso los mantenemos, para que  no opinen, para que no hablen, para que no molesten.

Por eso lo sustancial de esta polémica es lo inadecuado del comportamiento de esa señora que ya debería saber a estas alturas de la historia que no debe opinar sobre nada.


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