ALCAÑIZ AL BORDE DEL CAOS

El tráfico en Alcañiz, al borde del caos por los sucesivos reventones de agua en las travesíasEl casco urbano, con una red de abastecimiento que data del año 1927, soporta tanta circulación como una autovía.

Mª ÁNGELES MORENO. Teruel Los reventones de agua registrados en el casco urbano de Alcañiz en los últimos meses han hecho que la circulación se haya vuelto caótica, con repentinos cambios de dirección cada pocas horas y largos rodeos para entrar y salir de la población. El puente de la Glorieta -principal acceso al Casco Histórico y paso obligado de los vehículos que van hacia Castellón- estaba cerrado el pasado viernes, se abrió el sábado al mismo tiempo que se cortaba un carril del paseo Andrade y volvió a cerrarse ayer en sentido Zaragoza. Las calles son un bosque de señales provisionales orientando al conductor por dónde debe circular.Desde el pasado mes de enero ha habido seis reventones. Cinco de ellos desembocaron este verano en un espectacular hundimiento en la carretera de El Corcho. La quinta rotura, el pasado sábado, provocó el desplome, no menos espectacular y, afortunadamente, sin daños personales, del muro del parque de la Glorieta, en la travesía de la N-211. La última fuga de agua ocurrió ayer en la plaza de Santo Domingo, a pocos metros de la anterior.La antigüedad de la red subterránea de aguas, con tramos hechos en 1927, y el intenso tráfico que soporta el casco urbano, al que van a parar dos carreteras nacionales porque no existe circunvalación, parecen ser las causas del problema. Por Alcañiz pasan diariamente 7.400 vehículos, de los que un 11% son camiones. Cuando una carretera registra estas cifras, el Ministerio de Fomento empieza a pensar en una autovía. Por ejemplo, la N-234 (Sagunto-Burgos), actualmente en proceso de desdoblamiento, registra 11.000 vehículos y la A-23 en Huesca, 13.633.El concejal de Obras, el parista Eduardo Querol, tachó ayer la falta de una variante en Alcañiz de "vergüenza nacional" y advirtió del riesgo de que el puente de la Glorieta, construido en el siglo XIII, se resquebraje "con tantas filtraciones de agua y tanto tráfico". El Ayuntamiento tiene previsto enviar una carta al Ministerio de Fomento atribuyéndole toda responsabilidad sobre futuros problemas. "No hay casco urbano que aguante el tráfico que pasa por Alcañiz, con camiones de 40 toneladas, y nadie nos hace caso", dijo Querol.El arquitecto y urbanista Miguel Ángel Laguens recordó que en 1987, cuando él era concejal de Urbanismo, el entonces director general de Carreteras del Gobierno central aseguró que la variante sería prioritaria en el siguiente Plan, pero 18 años más tarde las obras ni siquiera han comenzado.

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