NUEVO JURAMENTO

Parece que ayer, en la intimidad, Obama repitió el juramento de su cargo. La fórmula empleada en el primer acto no se ajustó literalmente al texto de la constitución y buscaron con eso evitar cualquier sombra de duda. Lo cierto es que no fue Obama sino el presidente del Tribunal Supremo el que se equivoco en el acto público.

Que formalistas son estos americanos. De todas las maneras el formalismo da solemnidad y agranda el valor de los simbolos. Aquí pueden jurar o prometer como les viene en gana, hasta por imperativo legal. Esto del imperativo legal debería ser motivo suficiente para revocar un nombramiento porque significa que, ya en origen, el elegido rechaza la ley en que se basa su elección.

A eso lo llamo yo deslealtad.  

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