ARAGON Y LOS TRASVASES
Ahora que tan de moda están los barómetros de opinión y los políticos nos gobiernan a golpe de encuesta quisiera analizar el último barómetro de opinión publicado en Aragón.
El trasvase vuelve a ser el principal motivo de preocupación de los aragoneses, por encima del paro, el terrorismo, la guerra de Iraq y cualquier otro problema habitual que plantean este tipo de encuestas.
Es significativo el resultado y debería llamar a la reflexión. Hoy parecen reconocerse conceptos como el de España plural, diversidad, señas de identidad, etc, etc, etc. Pues bien, de estas cosas, cada uno tiene los suyos y se hacen, o al menos se deberían hacer, esfuerzos por reconocer, preservar y defender estos signos. Sin embargo a Aragón no se la quiere entender y se disfraza de antisolidaridad las negativas colectivas a que se toque el agua del rio.
Tal vez entendiendo y dando respuesta a alguno de tantos viejos sueños el río dejaría de verse de la misma forma que se ve hoy y podrían acercarse posturas. Cuando se entienda que algunos hablan de agua y otros de su identidad, entonces y solo entonces, se podrá discutir de forma racional sobre las aguas del río.
Es comprensible que quien no tiene agua la quiera, pero basta ver el río Segura para entender muchas cosas y viendo que han hecho con su propio río ni pensar quiero en que harían con ríos ajenos (de otra cuenca quiero decir), más cuando para algunos el río es la vida, el alma, la seña de identidad, lo más importante y lo quieren preservar como un tesoro.
El trasvase vuelve a ser el principal motivo de preocupación de los aragoneses, por encima del paro, el terrorismo, la guerra de Iraq y cualquier otro problema habitual que plantean este tipo de encuestas.
Es significativo el resultado y debería llamar a la reflexión. Hoy parecen reconocerse conceptos como el de España plural, diversidad, señas de identidad, etc, etc, etc. Pues bien, de estas cosas, cada uno tiene los suyos y se hacen, o al menos se deberían hacer, esfuerzos por reconocer, preservar y defender estos signos. Sin embargo a Aragón no se la quiere entender y se disfraza de antisolidaridad las negativas colectivas a que se toque el agua del rio.
Tal vez entendiendo y dando respuesta a alguno de tantos viejos sueños el río dejaría de verse de la misma forma que se ve hoy y podrían acercarse posturas. Cuando se entienda que algunos hablan de agua y otros de su identidad, entonces y solo entonces, se podrá discutir de forma racional sobre las aguas del río.
Es comprensible que quien no tiene agua la quiera, pero basta ver el río Segura para entender muchas cosas y viendo que han hecho con su propio río ni pensar quiero en que harían con ríos ajenos (de otra cuenca quiero decir), más cuando para algunos el río es la vida, el alma, la seña de identidad, lo más importante y lo quieren preservar como un tesoro.
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