NUNCA ES TARDE SI LA DICHA ES BUENA.
Hace veinticuatro años la gran esperanza del ciclismo español se llamaba Julian Gorospe, tras las retiradas de Ocaña y Fuentes el ciclismo español estaba de capa caida, la Vuelta era un campeonato sin interes y El Correo de Bilbao que organizaba la carrera estaba a punto de arrojar la toalla. Unipublic se hizo cargo de la carrera, hasta hoy, y consiguió que los finales de etapa se retransmitieran por televisión. Fue el principio de una época brillante cuyo máximo exponente fue Perico Delgado. Pero en aquel año 1983 Julian Gorospe, un ciclista de una tecnica depurada, elegantísimo sobre la bicicleta, alcanzó el liderato de la prueba y todos soñamos con su victoria. Pero...
La estrella ciclista de la época era Bernard Hinault, uno de los mas grandes, que aquel año corrió la vuelta a España. A falta de pocas jornadas para el final de la vuelta llegó la etapa de Avila y la subida a varios grandes puertos. En uno de ellos, Serranitos, Hinault pegó un hachazo sin contemplaciones y Julian Gorospe que era el lider intentó seguirlo, ahí se rompió Julian. No asimiló el cambio de ritmo y perdió muchos minutos, por supuesto perdió la Vuelta.
Gorospe no debió responder al ataque, debió mantener su ritmo y seguir de lejos a Hinault. Hinault hubiera ganado la etapa, pero, casi conseguridad, hubiera sacado pocos minutos a Gorospe y este hubiera conservado su liderato y posiblemente hubiera gando la vuelta.
Ayer Lewis Hamilton me recordó a Julian Gorospe, su inexperiencia le perdió. Lo cierto es que Julian nunca volvió a tener una oportunidad igual.
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