EL FINAL DEL TERRORISMO
No deberíamos olvidar que el Pacto por las Libertades y contra el terrorismo fue una propuesta de José Luis Rodriguez Zapatero que Aznar aceptó en su momento (hasta el más lerdo puede tener momentos de lucidez). Este pacto fue un éxito y consiguió debilitar a ETA, pero representa una excepcionalidad en la situación del país. De ese pacto salió la Ley de Partidos, que fue un instrumento útil y aun puede serlo, pero cuidado.
Este pacto y esa ley representan una cierta excepcionalidad que no puede ser permanente en una democracia que se precie. Ambos se deben acabar un día y de la misma forma un día se deberá hablar con ETA.
Puede acusarse a Rodriguez Zapatero de inoportuno o de ingenuo, de haber escogido mal el monento, pero de nada más. Tarde o temprano alguien deberá hacer lo que ha intentado el Presidente y a alguien le acabará saliendo bien. Ójala sea pronto y ójala hubiera tenido éxito en sus planteamientos Rodriguez Zapatero. Lo demás son zarandajas y malas intenciones de un partido opositor desleal con su adversario politico y con la ciudadania.
El PP está apelando a los más bajos intintos de los ciudadanos para llevar el agua a su molino. Al final dudo que tenga éxito pero su actuación en estos quince últimos meses ha sido despreciable. Sería legítimo considerar que el PSOE y su presidente se han precipitado, pero si lo que el PP nos quiere transmitir es que España debe vivir permanentemente en estado de excepción entonces no merecen gobernar en mucho tiempo.
Este pacto y esa ley representan una cierta excepcionalidad que no puede ser permanente en una democracia que se precie. Ambos se deben acabar un día y de la misma forma un día se deberá hablar con ETA.
Puede acusarse a Rodriguez Zapatero de inoportuno o de ingenuo, de haber escogido mal el monento, pero de nada más. Tarde o temprano alguien deberá hacer lo que ha intentado el Presidente y a alguien le acabará saliendo bien. Ójala sea pronto y ójala hubiera tenido éxito en sus planteamientos Rodriguez Zapatero. Lo demás son zarandajas y malas intenciones de un partido opositor desleal con su adversario politico y con la ciudadania.
El PP está apelando a los más bajos intintos de los ciudadanos para llevar el agua a su molino. Al final dudo que tenga éxito pero su actuación en estos quince últimos meses ha sido despreciable. Sería legítimo considerar que el PSOE y su presidente se han precipitado, pero si lo que el PP nos quiere transmitir es que España debe vivir permanentemente en estado de excepción entonces no merecen gobernar en mucho tiempo.
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